En este artículo se presentan cuatro aproximaciones sucesivas para dar cuenta de
los nuevos entornos virtuales de enseñanza y aprendizaje. En la primera se da una
idea global acerca del tipo de aplicaciones a que la mayoría de autores denomina de
esta manera.
En una segunda aproximación se caracterizan de manera general a
partir del recurso en el que se basan: el “World Wide Web” o telaraña mundial,
haciendo hincapié en su carácter de hipermedia interactivo, y en las posibilidades
de comunicación que ofrece.
En la tercer aproximación se debaten las
características pedagógicas de estos entornos, cuya consideración dará lugar a una
polémica que conducirá a la cuarta y última aproximación. Como se verá, ésta
última dejará ver que estos entornos no tienen que ver necesariamente con los
entornos tecnológicos sobre los que se basan sino que la calificación de nuevo y de
virtual va mucha más allá de éstos y abarca también maneras peculiares de
entender qué significa enseñar y aprender.
1. La primera aproximación
Las aproximaciones teóricas que se proponen definir los nuevos entornos virtuales
de enseñanza y aprendizaje son diversas. Mientras algunas se centran en una
descripción de los recursos tecnológicos sobre los que se basan (hoy día sobre todo
el WWW) otras hacen hincapié en lo que consideran sus supuestos pedagógicos,
para muchos del todo innovadores, signados por el aprendizaje autónomo,
cooperativo, la flexibilidad del currículum y todo tipo de mejoras pedagógicas.
Algunos de los nombres que recibe esta nueva posibilidad educativa por distintos
autores, sin ánimo de exhaustividad y sólo a título ejemplificativo, son: formación
mediante o basada en la “web”, campus virtual o entorno virtual de aprendizaje
(Duart y Sangrà, 1999), enseñanza y aprendizaje a distancia mediante la “web”
(Romiszowski,1999), espacios virtuales de aprendizaje y educación a distancia
(Stebanell y Ferrès, 2001), formación mediante Internet y teleformación (Marcelo,
2002), entornos virtuales de enseñanza o sistemas de tele formación (Marqués,
2000) o plataformas tecnológicas (Ballesteros, 2002).
A decir verdad no todos se refieren exactamente a lo mismo, y las aproximaciones
oscilan, por un lado, entre quienes definen la “web” como un espacio de
autoformación para cualquier persona que intente instruirse o explorar un tema, ya
que puede acceder a mucha información y procesos sofisticados de búsqueda, y a
la vez ejercer su facultad comunicativa, ampliada por la rapidez de estos sistemas
para llegar a diferentes partes del planeta y a usuarios diversos.
Por otro lado, los
que se refieren a espacios (también en la “web”) con características similares a los
anteriores en tanto el acceso a la información y a la comunicación, pero que están
reglados por unas normas de acceso, unas actividades determinadas y una
evaluación de las actuaciones, es decir, definen a partir del mismo medio una
experiencia sistemática de enseñanza y aprendizaje perteneciente o no al sistema
educativo formal, y cuyo uso puede variar desde ser la herramienta por excelencia.
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