La medición proporciona información que posibilita
la evaluación. En este sentido, la medición es previa a la evaluación, está
supeditada a ésta y sirve a sus propósitos. En el sistema educativo tanto la medición
como la evaluación constituyen un solo componente.
Semejanzas:Ambas se ocupan del rendimiento
del alumno.
Ambas concurren a un mismo propósito:
Diferencias: Mientras la
medición proporciona información, la evaluación juzga dicha
información.
Mientras la medición es cuantitativa, la evaluación es cualitativa.
La medición y la evaluación son las
claves para conocer nuestro punto de partida y el estado de nuestras
capacidades, y facilitan desde la determinación de los resultados hasta los
medios para conseguirlo.
Pero, ¿qué es medir? Medir consiste en conocer
la cantidad de algo (de una cosa, un fenómeno, una característica o un
producto, por ejemplo). Cuando medimos, comparamos una cosa cualquiera con otra
que previamente se ha determinado como unidad de medida.
Y ¿qué es evaluar? Evaluar consiste en apreciar
el valor de algo (de una cosa, de un fenómeno, de una característica o de
un producto). Por ejemplo, hay evaluación cuando decimos que un proceso es
ineficiente, después de haber medido el rendimiento mediante indicadores y
haber comparado el resultado con un criterio previamente establecido.
Al fin y al cabo, ¿qué aporta el valor de un
indicador si no lo comparamos con una referencia o con un objetivo?, ¿cómo
sabemos si un proceso es eficaz si los valores reales de sus indicadores no son
comparados (con una referencia interna y/o externa y en el tiempo)?, ¿cómo
sabemos que los resultados obtenidos han sido consecuencia de mejoras o
prácticas de gestión en lo que hacemos? La evaluación es el paso siguiente a la
medición, e integra elementos de valoración tanto sobre los resultados de
dichas mediciones como sobre los agentes o prácticas aplicadas, como son: la
fundamentación, el despliegue, el aprendizaje, la relevancia, la utilidad, las
relaciones causa-efecto
Se concluye, pues, que la medición proporciona
información que posibilita la evaluación. Es aquí, pues, dónde radica la
diferencia y, a la vez, la complementariedad. La medición es previa a la
evaluación, y está supeditada y sirve a los propósitos de esta última.


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